viernes, 26 de febrero de 2010

Sobre la Separación de Poderes

Hasta hace pocas horas no tenía aún decidido cuál sería el tema de esta segunda entrada de mi blog. Si bien es cierto que no tengo una frecuencia de publicaciones establecida, quisiera mantener al menos una entrada por semana.

El acontecimiento que termina inspirando estas líneas ocurre no en Venezuela, sino en el hermano país de Colombia.

Desde hace bastante tiempo hemos escuchado acerca de una propuesta de reforma legal que le permitiría al actual presidente, Álvaro Uribe, postularse a la reelección para un tercer periodo consecutivo. No es mi propósito en este espacio discutir sobre los méritos (o falta de ellos) de Uribe como mandatario. Eso lo dejo a los colombianos. Lo que motiva mi reflexión es el resultado final de ese proceso, el cual fue sabido el día de hoy.

Después de varios meses de campañas, encuestas, referenda y otras, hoy el máximo tribunal colombiano falló en contra de esa reforma, por considerarla no-constitucional. Al poco rato el presidente Uribe declaró que "acata y respeta" la decisión. Fin del asunto. No habrá tercer periodo presidencial para Álvaro Uribe.

Recordemos ahora la situación venezolana. La gestión del presidente Chávez empezó con un llamado a ejercer el poder constituyente. De ese modo se redactó una nueva Carta Magna, hecha casi a la medida para el presidente. En esa nueva constitución se establecía, además del aumento de la duración del periodo presidencial, la posibilidad de la reelección inmediata del Presidente de la República.

Muy pronto se hizo evidente que no bastaba tener una constitución a la medida y mayoría en el parlamento. Fuimos testigos de constantes irrespetos a la carta, y de que el parlamento mostrábase ineficiente a la hora de legislar. Posteriormente vimos cómo, debido a la ridícula "táctica" de las fuerzas de oposición de no participar en las elecciones a la Asamblea Nacional, el gobierno quedó con control absoluto sobre el Poder Legislativo.

Pero incluso lo anterior fue insuficiente. Hemos sido además testigos (muchos de nosotros perplejos) de cómo la Asamblea Nacional le ha transferido el poder pleno para legislar al presidente. ¿Se ha visto alguna vez que en una nación democrática, con supuesta separación de CINCO poderes públicos, se concentre tanto poder en manos de una sola persona? Pero incluso esto no bastó.

Se le propone al pueblo una serie de modificaciones a la constitución. Entre muchos cambios innecesarios en el fondo (pues podían lograrse por otras vías sin modificar la carta) se disfrazaban dos ideas, que posiblemente eran la verdadera razón de proponer los cambios: por un lado, la creación de una "nueva geometría del poder" que limitaría las atribuciones de nuestros gobernantes locales electos en favor de personas designadas directamente por el Presidente. Por otro lado, permitir la reelección presidencial indefinida. Nuevamente la oposición llamó a la "táctica" de la abstención. Seguro que los altos funcionarios del gobierno sonrieron ante la noticia. Pero ocurrió algo inesperado...

En todo el país estudiantes universitarios tomaron la decisión de salir a protestar el proyecto de reforma y lograron movilizar a una gran proporción de la sociedad civil. Dijimos "no" a la reforma. A pesar de eso, y a pesar de prohibirlo la misma constitución, nuevamente se propuso reformar para permitir la reelección infinita del presidente. Y esta vez la reforma tuvo éxito. Recientemente hemos sido testigos de la creación de un gobierno paralelo para limitar las atribuciones de un gobernador. Todo ante el silencio (o, lo que es peor, la aprobación) de la Asamblea Nacional y el Tribunal Supremo.

Pero tal vez lo más exasperante sea el descaro. Hace poco escuchamos cómo un miembro del parlamento nos decía que era "obvio" que su trabajo era legislar para el presidente. No para legislar para quienes le eligieron, sino para su "jefe". Y, más sorprendente aún, escuchamos a otra integrante de la Asamblea Nacional afirmar que "la separación de poderes debilita la democracia". ¡Justo uno de los FUNDAMENTOS de la democracia supuestamente la debilita! Según esta persona, lo deseable es que todos los poderes públicos doblen la cerviz y sigan, sin chistar, los deseos, designios y caprichos de un solo Hombre.

El caso colombiano nos demuestra una separación de poderes, en la cual la corte decidió por la inconstitucionalidad de una tercera reelección. ¿Es acaso la democracia colombiana más débil que la nuestra por ello? ¿Será que el hecho de que el Poder Judicial mostrara independencia del Ejecutivo va a marcar el inicio del desplome de la república en Colombia? Evidentemente, no. Si algo, han demostrado que están más identificados con los principios de los sistemas democráticos que nuestro régimen actual.